Negocios latinos combaten la amenaza de más restricciones sanitarias

Bélgica Rajkumar, propietaria de un salón de belleza, afirma que desde que Ozone Park fue categorizado como zona amarilla, durante la semana pasada, ha visto una disminución en su clientela.  

"La gente tiene temor. No están viniendo porque tienen temor, tienen miedo a infectarse, coger ese virus", explica Rajkumar.

Además de Ozone Park, la zona amarilla también cubre los vecindarios de Kew Gardens, Kew Gardens Hills, Forest Hills y Rego Park.

Dichos sectores amarillos tiene un promedio de contagio de 2.5% en la ciudad. Los restaurantes operan afuera y adentro de sus instalaciones pero con un máximo de cuatro personas por mesa. Mientras que las iglesias pueden abrir a un 50% de su capacidad. 

Bélgica dice que el miedo de pasar de amarillo a naranja o rojo, con cierres más estrictos, tiene a los vecinos con poco deseo de salir: "En realidad esta pandemia está acabando con todo esto".

Aunque en las zonas amarillas hay un aumento de contagios de Covid-19, este negocio sigue los protocolos sanitarios impuesto por el gobierno de la ciudad para evitar su propagación. 

Durante el día limpia y desinfecta con cloro y alcohol las áreas más expuestas. 

"Cada vez que un cliente se para de mi silla, yo limpio todo, todo. Tengo que desinfectar todo y limpiamos a cada hora para tener todo desinfectado", detalla esta negociante.

Rajkumar también mantiene limpio el salón porque sus dos hijos padecen de asma crónica y están en el grupo de riesgo en caso de contagio. 

"No quiero infectarme porque yo sé que va hacer bien delicado para mí si yo cojo esa infección. Va a ser bien complicado y más que tengo el asma bien avanzada bien fuerte, me daría miedo comer esa bacteria", enfatiza la propietaria de este negocio.

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