Guadalupe Galicia tiene seis hijos y es madre soltera. Mantiene todavía a tres de ellos vendiendo tamales en Dekalb Avenue en Bushwick.

Desde hace 21 años se levanta a las 4 de la mañana para calentar la comida y cuidar a sus hijos. Vende cuatro días a la semana y el resto se dedica a preparar los tamales y atole.

"Cuando tenemos niños es bien dificil, es bien dificil porque tenemos que cuidar los niños...Por lo menos aqui vemos que trabajamos un rato y en la tarde ya estamos con ellos", explicó Guadalupe.

A pesar de tener licencia para vender comida, no cuenta con permiso para vendedor en la calle, por lo que ha tenido que pagar 12 mil dólares en multas al departamento de sanidad.

"Hay veces que todo me quitan, me han dejado el carro vacío nomás", agregó Guadalupe.

Como ella, un estudio hecho por la organización The Street Vendor Project, encontró que mas del 70% de las vendedoras ambulantes en las calles de nuestra ciudad no cuentan con permiso para vender en la calle. Pero no es sólo eso.

Según datos del The Street Vendor project, un tercio de las vendedoras ambulantes son el único ingreso que tiene su familia.

"Si la ciudad piensa que esta es una ciudad para los inmigrantes, para las mujeres...la ciudad necesita apoyar a las mujeres inmigrantes que trabajan con vendedores ambulantes", dijo Carina Kaufman-Gutiérrez, directora del The Street Vendor Project.

De momento, y para resolver esta situación, la entidad ya trabaja en una propuesta con concejales de la ciudad para crear una ley que los próximos 10 años otorge 4 mil permisos nuevos.